La clase de danza de Degas

"La clase de danza" es una de las primeras que Degas dedica a las bailarinas. 

Pintada entre 1871 y 1874 en óleo sobre lienzo, esta obra pertenece a una época de trabajo muy intensa por parte de Degas. En los setenta aborda una serie de temas sobre los que volverá una y otra vez recurrentemente: los retratos, las carreras de caballos, los desnudos, lavanderasy escenas de teatro, entre las que se encuentran las bailarinas.

En un principio Degas ejecuta interiores con bailarinas que muestran diversas posiciones de danza. Conforme su producción se intensifica, la atención de Degas se centra en el movimiento; su captación es permanente e insatisfecho. El interés de Degas se fija en la gestualidad de los cuerpos, en los momentos de ajuste de los diferentes miembros aunque confieran cierta inarmonía, eliminando muchas veces la belleza y captando muecas desencajadas. Degas analiza la figura femenina y la materializa, la aleja de toda idealización.

Las líneas de fuga del cuadro se acentúan por las junturas de la tarima. El suelo cobra gran importancia en la obra, no sólo por la sensación de fuga de la escena en semicírculo de las asistentes. De su naturaleza depende parte de la luz reflejada.

En sintonía con los demás impresionistas, reflexiona el hecho de que cada color no es importante por si mismo, sino que viene influido por los que le rodean. Sin embargo, a pesar de su cercanía en este hecho con los impresionistas, Degas nunca sacrificará el dibujo, hecho que le aleja de ellos.

Degas reflexionó en multitud de ocasiones sobre su vida, la pintura y el arte. Así aconsejaba a todo el que le preguntaba o pedía consejos sobre arte: "Hay que copiar y volver a copiar a los maestros, y sólo después de haber demostrado ser un buen copista será razonable permitirse pintar un rábano del natural".

Degas realizó numerosas copias de obras antiguas en su estancia en Nápoles, indagando y estudiando técnicas artísticas y de dibujo usadas por los antiguos maestros. 

Muchas de las obras conocidas de Degas están realizdas con la técnica del pastel del que era gran conocedor.

En un principio Degas sopesó la idea de abandonar el oficio de pintor, ya que consideraba tras sus múltiples fatigosos estudios y copias que el oficio de artista requería una fuerza y una determinación muy superior a la suya.

Degas nunca se casó ni formó familia y se mantuvo fiel a la pintura, siendo su vejez huraña y solitaria; durante sus años de madurez sufrió una decadencia física y sicológica que le hace meditar sobre su vejez: "He hecho tantos proyectos y aquí estoy, bloqueado, impotente y luego he perdido el hilo. Creía que siempre tendría tiempo; a lo que no había hecho, a lo que se me impedía hacer en medio de todas mis molestias, a pesar de la vista arruinada, nunca desesperaba de volver un buen día. Acumulaba todos mis proyectos en un armario cuya llave llevaba siempre conmigo;ahora he perdido esa llave...".

De joven Degas sufría de molestias visuales que en su vejez se agravaron hasta conducirlo a la ceguera.

Esta obra se encuentra en el Museé d'Orsay de París.